Estas redes suelen instalarse en una fila de casas o edificios.
Estas instalaciones generan calor (y a veces frío), y lo suministran a las viviendas conectadas.
Las redes de calor plantean muchas de las mismas cuestiones que el funcionamiento de los paneles solares, pero también hay que tratar una serie de cuestiones únicas. Como operador, usted tiene el monopolio del calor suministrado y, por tanto, está obligado a cumplir una legislación especial.

Legislación especial

La principal diferencia entre una red de calor y una instalación de paneles solares es que, en la mayoría de los casos, sólo puede suministrar el calor que genera a los usuarios del edificio en el que se encuentra la instalación. La electricidad casi siempre se puede suministrar a la red pública, mientras que el calor no se puede transportar y comercializar libremente. Por otra parte, los usuarios del edificio a menudo sólo pueden comprarte el calor. Esto plantea preguntas:

¿Cómo puedo fijar el precio del calor suministrado? ¿Qué derechos tienen mis clientes en caso de mal funcionamiento del sistema de calor? ¿Quién es responsable de la temperatura final suministrada si el radiador no se mantiene correctamente?

Para proteger a los clientes de la posición de monopolio del operador, se creó una ley que regula el suministro de calor sostenible a particulares. Esta ley incluye los requisitos que debe cumplir el suministro de calor y también establece las tarifas máximas que puede cobrar por el suministro de calor.

Estaremos encantados de ayudarle a elaborar acuerdos que tengan en cuenta estos puntos.